ANP PROVINCIAL DE HUAURA

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CARTA ÉTICA PROFESIONAL

jueves, 26 de febrero de 2015

  26/02/2015          
La basura hecha televisión

Si algo ha resistido los vientos de cambio del nuevo siglo, esa es la televisión. 
Como en los años noventa, parece estar destinada a mostrar todo lo más sórdido, 
despreciable y banal de nuestra sociedad. Por ello, el Colegio de Periodistas 
ha impulsado la marcha contra la TV basura, iniciativa a la que se han sumado 
colectivos de ciudadanos que quieren ver cambios en una televisión financiada, 
entre otros, por el propio Estado.

Según el artículo 40 de la Ley de Radio y Televisión, la programación que se transmita
 en el horario familiar (de 6 de la mañana a 10 de la noche) debe evitar los contenidos 
violentos y obscenos que afecten los valores inherentes a las familias, los niños y 
adolescentes. Precisamente, todo lo contrario a lo que habitualmente vemos en las 
pantallas de los canales de televisión con mayor sintonía.

Nuestro país ha llegado tarde a la explosión de los realities en la televisión mundial, 
por eso los canales quieren sacarle el jugo a su inversión antes de que la fórmula 
pierda interés. En su desesperada búsqueda por el rating, han convertido la televisión en 
la vitrina por la cual los espectadores pueden acceder a la vida privada de los famosos 
o más bien la que se inventan para estar ahí.

Lo peor es que ningún espacio en la televisión queda libre de esta fiebre. Los noticieros 
han sido invadidos por este tipo de contenidos. No hay uno solo que no tenga un bloque 
de espectáculos, donde se reproduce y abunda sobre la pelea o el romance del momento,
 robándole valiosos minutos a los temas que verdaderamente importan. En la lógica de los
 broadcaster, ni los conflictos sociales como el de Pichanaki valen tanto como para detener
 el show.

Buscando que la ley deje de ser letra muerta y que los medios de comunicación se enteren
 de que hay voces inconformes con lo que hacen, el Colegio de Periodistas, apoyado 
por el Colegio de Psicólogos, el Foro Nacional de Juventudes de los Partidos Políticos 
y el Colectivo por una TV con valores, han organizado una marcha pacífica para 
este 27 de febrero. Ya son 60,000 los adherentes en las redes sociales.

Lo que en el fondo está en disputa es la fallida autorregulación de los medios de comunicación. 
Como hace poco declaró el Relator Especial para La Libertad de Expresión de la CIDH, Edison 
Lanza, no quiere decir que los medios privados por su derecho a tener fines de lucro no estén 
sujetos a ninguna regla.

El Consejo Consultivo de Radio y Televisión (Concortv), organismo adscrito al Ministerio 
de Transportes y Comunicaciones, mantiene una actitud vigilante ante los atropellos 
al horario familiar, pero solo emite opiniones no vinculantes y por ende inocuas para los 
canales de televisión.

Por el lado de la empresa, la Sociedad Nacional de Radio y Televisión (SNRT) cuenta con un 
Tribunal de Ética que en los últimos años ha mostrado mayor agilidad para sancionar a
 los medios, aunque la mayor parte de estas sea solo de tipo pecuniario. Debido a 
los ingentes ingresos por publicidad, pareciera que los canales prefieren pagar las
 multas a suspender los programas con mayor rating.

Es aquí dónde debe cuestionarse el rol del Estado. Según el artículo 52 de la citada Ley de Radio 
y Televisión, el gobierno en todas sus instancias debe preferentemente contratar  avisos 
publicitarios en programas cuyos contenidos contribuyan a la elevación del nivel educativo, cultural 
y moral de la población, así como la identidad nacional. ¿Se está cumpliendo acaso?

Según informó el diario Correo, el Ejecutivo invirtió 6.5 millones de soles en publicidad 
estatal solo entre los meses de setiembre a noviembre del año pasado.  A principios 
de ese mismo año, el Ministerio de Defensa financió un comercial para invitar a los jóvenes 
al Servicio Militar Voluntario.

El comercial, de un minuto y medio, tuvo como protagonistas a dos concursantes del cuestionado 
programa Esto es Guerra. Entonces nos preguntamos, ¿en qué contribuye  dicho programa al nivel 
de educativo, cultural o moral de la población o es que acaso es el nuevo símbolo de la identidad nacional?

En México, el movimiento Yosoy132 movilizó a miles de jóvenes inconformes con la parcialización 
de los medios de comunicación a favor del entonces candidato Enrique Peña Nieto. Hartos de la
 manipulación noticiosa de las grandes cadenas, los mexicanos exigieron la democratización 
de los medios. ¿La marcha en contra de la televisión basura será el inicio de una movilización 
ciudadana ya no solo contra los realities sino contra el poder mediático en nuestro país? Esperamos a verlo.

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